lunes, 5 de noviembre de 2012

Guía práctica para detener el tiempo.


Hay personas que piensan como yo, por suerte, pues una derrota compartida es aún mucho más gratificante que una victoria en soledad. Hay personas que conocen ese sabor insulso que deja la ausencia de algo. Es como comer papel. Ese ácido olor de las cosas que estuvieron pero ya no están. Es como comer papel sin sal! Las cosas que nunca estuvieron, quizás nunca estén, pero conocemos y sentimos su ausencia, y nada más que eso.
Estas cosas pasan en Japón, Uruguay y en un barco en medio del océano. Estas cosas pasan en el 2012, en el 1517 y en el 2135.

El principal culpable de esta desgracia humana es El Tiempo. No el de las nubes, los vientos y las lluvias,  sino el de los relojes, el de las agujas, esas agujas tan filosas y de corte profundo.
El maldito tiempo, ese viejo y eterno ( si se le puede decir viejo a algo que es eterno ) enemigo del bienestar mundano, nos propone una batalla sangrienta en la cual no nos  queda otra alternativa que resignarnos a cerrar los ojos y taparnos los oídos.

Desde que apenas tomé conciencia sobre esta desdichada situación que afectaba al ser humano, no dejé de pensar en qué se puede hacer para salir victoriosos en esta batalla que aparenta ser irremediablemente adversa. Realicé hondos estudios, estuve días sin dormir ni comer, pregunté, tomé y busqué diferentes opiniones. En mi cajón podrán encontrar pilares de hojas llenas de opiniones y entrevistas, al lado de las revistas “Conozca más”. Buscando puntos de vistas absolutamente opuestos.

Sólo existe este único método que a continuación detallaré, para derrotar a nuestro enemigo ya declarado: El tiempo. El dañino tiempo, no creo que se le pueda adjudicar otro adjetivo más justamente calificativo.


Preste mucha atención, a continuación detallaré la fórmula perfecta y exacta para alcanzar la victoria, en esta guerra sangrienta, la más sangrienta de todas.
Siga las instrucciones sin omitir paso alguno y póngale la dedicación necesaria a cada uno ellos, no se deje convencer por la ansiedad, que es fiel cómplice de nuestro enemigo, por ende, infiel para nosotros.
Alcanzará otros niveles, desconocidos hasta ahora por usted, de libertad.


1 – Seleccione un lugar:

Tiene que ser un espacio físico apropiado, es importante que se pueda sellar lo suficiente. Tenemos que lograr que sea una dimensión lo más hermética posible. Preferentemente, algún sector de su propio hogar.


2 – Cómprese un arma de fuego:

Un buen calibre. Si usted ya posee una, pues no la compre, significaría malgastar dinero. Aunque seguramente esto le importe poco a usted en las circunstancias extremas en las que ya se encuentra.


3 – Acabe con todos  los relojes ( sin excepciones ):

Puede simplemente deshacerse de los relojes desplazándolos fuera del lugar, tirarlos a la basura o puede optar por destruirlos de manera violenta. Esta última opción suele ser más placentera y la más recomendada por todos los especialistas consultados.
Puede empezar con el reloj de la pared, a ese se le puede dar con un buen martillo, un par de golpes en seco y ya está.
El de pulsera lo puede arrojar al piso primero y luego saltar sobre él, escuche ese crac! Y no me diga que no es mejor  que el de un snack apretado por los dientes!
No olvide, y ponga mucho cuidado en ello, que también hay otros relojes camuflados. Por ejemplo el del televisor, la computadora, microondas, celular, etc. Debe acabar con todos ellos sin excepción alguna. El microondas estaría bien tirarlo por la ventana. Asegúrese de no matar a otro, pues cualquier otro ser humano es tan víctima como usted de toda esta angustia milenaria.


4 – Sellar el lugar:

Una vez asegurado que ya no quedó existencia alguna de relojes, nos dedicaremos a sellar el lugar.
Debemos evitar que alguien ingrese, imagínese, que llegue algún ser desde el exterior del habitáculo y justo en este momento y diga “ son las cuatro y cuarto”, ineludiblemente estaríamos, muy a nuestro pesar, obligados a matarlo despiadada y fríamente. Para ello, y exclusivamente para ello recomendé anteriormente la obtención de un arma de fuego.

5 – obras de arte preferidas:

Debe llevar al lugar del ritual sus obras de artes preferidas. Sin importar la rama artística de la cual provenga. Sólo considere sus preferencias. Por ejemplo, si usted es aficionado a la música, tenga a mano una buena pieza musical; si usted se deleita con momentos de literatura, hágase de un libro de texto que usted considere el más insisivo, particularmente recomiendo que no pertenezca a la colección de Julio Cortázar.

 6 - No puedo continuar:

Pido disculpas, pero son las 6:35am y tengo algo menos de 2 horas para dormir un rato e ir a la oficina. Por tanto no puedo finalizar el texto.

viernes, 24 de agosto de 2012

En el bolsillo + El niño del jardín

https://www.youtube.com/watch?v=rNyqJdXChiM

En el bolsillo


Ahí van dos palomas
volando a lugares distintos
y el nido quedó atrás.

Yo soy como ellas
salvo, que no puedo volar
a veces un poquito nada más
no más...

Tengo dos palomas
guardadas en el bolsillo
para que me enseñen a volar
muy lejos...
volar...

El niño del jardín


Hay ratas que corren por tu cabeza
hay ratos que no querés salir
hay sueños perdidos en tus huecos
con el niño del jardín.

Hay personas que caen derrumbadas
hay ojos que nunca miran nada
hay muros gigantes invisibles
sólo para dividir.

Los besos que se tragan
se comen la razón
abrazá....
antes que las cenizas tapen el sol.

ahhhhhhh