domingo, 25 de septiembre de 2011

Incomunidad


Dos personas muy sonrientes, entre tantas otras, esperaban el subte en la estación G.
El tren llega y la puerta se abre delante de ellos.

-Después de usted.- le dice uno.
-No, por favor, faltaba más! después de usted caballero.
-Pero hombre, le digo que pase nomás, yo puedo pasar sin problemas luego de que usted lo haga.
-Claro señor, comprendo, a mi me pasa lo mismo.
-Entonces, si le pasa lo mismo, usted sabrá comprender, será amable y pasará primero.
-No señor, expresaré mi amabilidad dejándolo pasar a usted primero y luego pasaré yo.

La puerta del vagón que los enfrentaba se cerró. A los trenes nunca les importa nada.
Los dos dejaron de sonreír.
Ambos comparten ahora la habitación 103 del Hospital R.
Y uno está más jodido que el otro.